Los inversores buscan pisos en Son Gotleu. | M. À. Cañellas

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¿Queda alguna zona de Palma exenta del furor por la inversión inmobiliaria? Hasta Son Gotleu han llegado los cantos de sirena de las plusvalías del ladrillo y, así lo confirman inversores: «Los precios de la vivienda en Son Gotleu han subido un 20 por ciento respecto a 2019». Harley Bristow, director de Building Palma, señala que «ante la saturación del mercado en Palma estamos invirtiendo en este barrio». Roberto Fluxà, de Fincas Fiol, coincide en el interés de ciertos inversores por este barrio palmesano, que hasta ahora parecía alejado de la ola gentrificadora de la ciudad. «Hay gente que compra allí y lo hace como especulación, esperando al día de mañana. Suelen ser clientes extranjeros que esperan que el barrio pueda mejorar». Fluxà advierte que su clientela, más local, prefiere irse a Pere Garau.

Lo cierto es que «si comparas el precio del metro cuadrado respecto a ciudades de Andalucía, Son Gotleu está más caro incluso», insiste Bristow. Respecto al resto de Palma, los precios allí son mucho más económicos y oscilan entre los 1.000 y los 1.500 euros el metro cuadrado de la vivienda usada, que contrastan con los 5.000 euros del Casc Antic, según Idealista. «Una vez que se reforma, tras una inversión de solo 20.000 euros el piso puede venderse por 2.000 e incluso 3.000 euros el metro cuadrado», dice el responsable de Building Palma. De esta manera, «un inversor puede ganar entre 500 y 800 euros el metro cuadrado y el precio final puede llegar a los 150.000 euros si el piso cuenta con ascensor, terraza y está en una buena calle», explica Bristow.

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El metro cuadrado se cotiza a 1.000 euros en el barrio.

Altos márgenes

Con semejantes márgenes, dice que sale incluso más rentable que la inversión en el Casc Antic, donde el precio de venta de una vivienda sin reformar está disparada por su emplazamiento. Bristow explica que «un piso en Son Gotleu se puede comprar sin reformar por entre 60.000 0 100.000 euros. Por menos de 60.000 ningún inversor lo quiere porque sabe que serán edificios complicados». El inversor insiste en que en Son Gotleu «hay buenas comunidades y buena gente, personas que han vivido allí toda la vida y que son trabajadores, pero se sienten abandonados por la falta de seguridad. Palma se ha olvidado de Son Gotleu y está bien que la gente vaya a vivir a otros barrios». Y Bristow advierte con contundencia: «Poco a poco se está gentrificando toda Palma». ¿Es el turno de Son Gotleu?