Atasco en el Paseo Marítimo de Palma. | M. À. Cañellas

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La quincena de marzo ha llegado con un carrusel de obras en Palma que han congestionado la arteria principal para su acceso. La vía de cintura se levanta cada mañana con retenciones kilométricas que hacen casi inaccesible la entrada a la capital balear. Son miles los conductores que ven cómo una rutina matutina para iniciar la jornada laboral se enquista cuando llegan a esta altura de la circunvalación. Desde Manacor, Inca o Llucmajor, da igual desde donde se venga, la odisea se hace eterna para llegar al lugar de trabajo. En muchas ocasiones, se tarda más para entrar a Palma que para llegar desde otros municipios a la entrada de la ciudad.

Son muchos los problemas crónicos que sufre Mallorca con el tráfico, pero se agudizan aún más en épocas electorales cuando la ciudad se pone 'patas arriba'. Las obras que ahora se acometen en Palma son uno de los principales males que generan estas retenciones inmensas en diversos puntos de la geografía palmesana. A la altura de Son Llàzter se puede encontrar el primer enclave que dificulta la circulación. A raíz de las obras que se están realizando en el Camí Salard, las dos rotondas que unen la carretera con la vía de cintura se colapsan y se han registrado este miércoles colas de hasta 25 minutos para poder acceder a la autopista por el Estadi Balear.

Palma colapsada por las obras: los puntos calientes
Las obras del Camí Salard saturan el acceso desde Manacor.

Otro de los puntos críticos que afecta a la fluidez del tráfico son las obras del túnel de Son Vic en Andratx. La alternativa nace con paso por Paguera, por lo que además la velocidad se ve reducida por la habitual cola de coches que se ven atascados para poder llegar a Andratx o el Port d'Andratx. Sin dejar de lado la obra gigantesca que se está acometiendo en el Paseo Marítimo de Palma y, que sumados a los atascos en el carril VAO, están saturando como nunca la entrada desde el aeropuerto de Son Sant Joan. Unas obras que perdurarán más de un año y que, sin alternativas, están desviando el tráfico hacia la vía de cintura.

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Ya, dentro de Palma, la Plaza de España es otro de los puntos neurálgicos que está en obras y está sometiendo al tráfico por Avenidas más estrés del habitual. Entre la franja horaria de 7:00 a 9:30 horas, el nivel de vehículos en estas zonas mencionadas impide a los conductores circular con fluidez y tener que adelantar su salida desde casa con bastante antelación para no llegar tarde al puesto de trabajo o la entrada de los colegios.

Los puntos conflictivos se alargan por grandes zonas incluyendo los polígonos. Los transportistas denuncian cada día que el acceso a los polígonos cada vez es más complicado debido a la gran cantidad de obras que afectan a sus entradas. Lluís Ballester, transportista, asegura que tiene que levantarse una hora antes para poder entrar sin complicaciones. «A partir de las 7:00 es imposible circular por las obras y dentro de Palma ya ni me planteo ir». Sin ir más lejos, la rotonda de Ocimax cada mañana es un punto de tensión para salir a la vía de cintura y con dirección a la UIB se convierte en casi un imposible salir. La conectividad de este lazo se encuentra entre el Polígono de Can Valero, Son Espases y Son Rossinyol.

Este miércoles ha habido colas kilométricas en la vía de cintura.

Sin alternativas

Lo peor llega en cuanto uno se puede plantear diferentes maneras para acceder a Palma. Dejar el coche lejos del centro es una opción y coger transporte público, pero en este caso, posiblemente, se tarde más de esta manera que sumergiéndose en el centro del atasco. De otra manera, las conexiones de los pueblos de Part Forana con Palma tienen frecuencias limitadas. Aparte de los núcleos poblacionales en los que pasa el tren cada hora en Manacor o cada media hora en Inca, la duración de estos viajes asciende hasta más de una hora, cuando el trayecto en coche hasta Palma desde Manacor es de 30 minutos hasta Son Llàtzer y desde Inca, 20 minutos hasta la entrada de Son Castelló.

Por ello, las alternativas eficientes escasean y el panorama no parece que pueda mejorar dado que las obras servirán para reducir a un carril el Paseo Marítimo, que sobre todo en verano está aún más saturado por la cantidad de turistas que alquilan coches para poder moverse por la isla en busca de una experiencia satisfactoria que no ofrece el transporte público.