La regidora Neus Truyol advirtió que «PP y Vox dan la espalda a las necesidades de la gente de la calle y gobiernan para unos pocos».

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Mes per Palma presentará alrededor de medio centenar de enmiendas parciales a los presupuestos que calificó de «la vergüenza, con recortes de derechos y servicios, que aplican en política lingüística, educación, escoletas y vivienda». La regidora Neus Truyol advirtió que «PP y Vox dan la espalda a las necesidades de la gente de la calle y gobiernan para unos pocos». Por este motivo, una de las enmiendas que presentan hace referencia a la vivienda asequible que tendría un presupuesto de seis millones de euros de la Ley de Capitalidad «para comprar más viviendas y destinarlas a los colectivos más vulnerables, los jóvenes y los mayores».

También advierten que «los 150.000 euros que destinará Cort a la regeneración de Cort es una cantidad ínfima que da solo para mejorar tres viviendas en el barrio, pese a que Jaime Martínez se llenó la boca durante las elecciones con el proyecto de mejora de Corea». De esta manera, propone la inversión de 1,5 millones para expropiar un edificio de la calle Castillo de Olite para que sea derribado y ampliar los espacios libres ya que «damos prioridad a los barrios de la gente trabajadora».

Por otro lado, propone crear equipamientos públicos en las barriadas, con la compra del edificio de los cines Metropolitan por un millón de euros y así llevar a cabo «una reivindicación histórica de Pere Garau, para conseguir un equipamiento sanitario y sociocultural». Y además, la compra del solar de la calle Rodríguez Arias, por 300.000 euros, para conseguir un equipamiento en el barrio de Camp Redó.

En cuanto a las enmiendas presentadas por «decencia democrática, eliminando elementos franquistas. Por eso queremos que se destina una partida al derribo de sa Faixina». Truyol hizo mención a las propuestas de reabajas de impuestos de Vox, que supondría uuna merma de ingresos de cinco millones de euros para las arcas municipales. «Vox quiere reducir impuestos y tasa pero no ayuda a mejorar la situación de vivienda. Lo que se ahorra es ínfimo para el negocio inmobiliario de la ciudad pero a cambio el Ajuntament tiene menos margen de maniobra para invertir en servicios públicos. Recortar en impuestos significa recortar en servicios».