Manuel Medina, sentado en el patio de su casa. | P. Pellicer

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A sus 89 años, la memoria de Manuel Medina ya no es lo que era, tras padecer un ictus ya no recuerda las cosas con la precisión de antaño. Sin embargo, algunas siguen grabadas a fuego en su cabeza, como las primeras palabras que le dijo el que fuera presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, la primera vez que se subió a su coche. Y es que Manuel fue chófer de la Delegación del Gobierno balear durante 30 años y entre las personas a las que llevó estuvieron Suárez, el exgobernador civil en Balears, Jaciento Ballesté, o la mujer del expresidente del Tribunal Superior de Justicia, según dice.

Manuel aterrizó en la Isla en 1965, era pastor en su pueblo natal, Casas-Ibañez, Albacete, y cuando llegó aquí participó en la construcción de la primera autopista que unió Palma con el Aeropuerto: «Yo llevé la primera máquina de asfalto que hubo aquí», asegura. Más adelante se unió al parque móvil de la ciudad y pasó a ser un chófer de la plantilla. Su buena disposición y profesionalidad le llevaron a que el propio gobernador lo recomendara para ser el que llevara en coche a Suárez cuando venía de vacaciones.

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Manuel saludando al gobernador.

«Íbamos al Hotel Son Vida. También lo llevaba mucho a un restaurante del Port d’Andratx. Allí cenaba con sus amigos y cogía un yate que le dejaban», narra. Manuel recuerda que la gente enloquecía al ver al expresidente: «Se lo comían vivo, pidiéndole autógrafos y acercándose a hablarle». Iba armado y un día «tuve que tirar un tiro al aire para que la gente se apartara y salir corriendo hasta el yate», recuerda entre risas. Manuel también asegura recordar a la perfección las primeras palabras que le dijo Suárez la primera vez que lo fue a recoger al Aeropuerto: «Cuando nos estrechamos la mano me dijo: Manuel, vamos a ponerle a la Guardia Civil un sueldo decente».

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Manuel vestido con el uniforme oficial de chófer.

Estuvo prestándole servicio durante los años 70’. A Suárez le debió caer en gracia, pues Manuel afirma que incluso le llegó a mandar una felicitación de Navidades en una ocasión. Además, de a éste también llevaba y traía a muchos ministros a varios sitios, entre ellos al Palacio Marivent: «De 70 conductores que éramos el único que hacía estos servicios era yo, porque le gustaba al gobernador».

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La fotografía firmada de los reyes.
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El agradecimiento que recibió Manuel al jubilarse.

En uno de estos viajes, alguien del Palacio le pidió si podía llevar a la reina Sofía a comprar. «Fuimos al Port d’Andratx, a un supermercado que había muy grande», rememora. La familia Real también debió quedar satisfecha con Manuel, ya que tiempo después uno de los ayudantes del Rey le mandó una fotografía firmada del matrimonio en agradecimiento. Así fue la vida de este chófer, retirado ya desde el año 2000.