Algunos vecinos se dieron cita para inaugurar por su cuenta el nuevo vial. | AVV. SON RAPINYA

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La creación de un desdoblamiento en el vial que une las rotondas del Colegio Madre Alberta con el acuartelamiento militar Jaume II ha sido «una reivindicación histórica» de la asociación vecinal de Son Rapinya, indica su presidenta, Marisa Bonache. Por tanto, no es de extrañar que los vecinos se mostraran «sorprendidos» al no haber sido invitados el miércoles pasado a la inauguración del desdoble que organizaron el Ajuntament de Palma y el Consell de Mallorca. «Llevamos pidiendo que se dé una solución al problema de congestión en la zona por todos los colegios que hay desde que José Hila era regidor de Urbanisme», apunta Bonache. Por eso, «nos llama la atención que, después de haber sido tan pesados, no nos hayan invitado al acto, al que además fue todo el mundo. Nos ha molestado mucho», asegura.

Ante este hecho, los vecinos han decidido hacer su propia inauguración y este jueves varios de ellos se dieron cita en un punto del nuevo carril para reinaugurarlo. «Nos fuimos y lo hicimos por nuestra cuenta», dice entre risas Bonache. Aunque afirma que se han quedado «a cuadros» con lo ocurrido, también admite que quiere pensar que «ha sido un fallo de protocolo, porque después de tantas horas de despacho [peleando por el vial]» no entienden que no contaran con ellos. Más teniendo en cuenta que la regidora que finalmente ha inaugurado este proyecto, que lleva años fraguándose, Belén Soto «era nuestra regidora de zona», por lo que suponen que ha sido «un descuido».

Los vecinos de Son Rapinya no estuvieron solos y contaron en su peculiar inauguración con la presencia de algunos miembros de las asociaciones de vecinos de Nova Son Roca, Son Llull-Son Serra, La Vileta, Son Dameto y Son Cotoner. Al margen de la parte anecdótica, lo cierto es que los residentes de la zona están «muy contentos» de contar al fin con este nuevo tramo, que cuenta con un «excelente paso peatonal y con un carril bici». «Así se une Son Roca con Génova» con un paseo para caminar e ir en bicicleta y «solo falta que llegue el momento de sembrar los árboles que constaban en el proyecto», señalan desde la asociación.

Este último punto, es de gran interés para los residentes, por lo que «seguiremos insistiendo en que los pongan, aunque suponemos que ahora no es época de sembrar nada, con este calor», añade Bonache. Cabe recordar que el presupuesto de las obras ha sido de 2,6 millones de euros y se ha actuado sobre 1,2 kilómetros de carretera.