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INÉS BONET La mayoría de los vendedores de frutas y verduras del mercado de Inca se niegan a trasladarse al edificio del mercado cubierto por su poca rentabilidad y por las deficientes instalaciones con que cuenta el edificio municipal.

Medio centenar de vendedores afectados por el proyecto ideado por el equipo de gobierno municipal se reunieron anteayer con el delegado de Mercados, Josep Bennàsar quien les expuso la propuesta. El proyecto contempla trasladar los dos puestos de pescadería que se encuentran en el primer piso a la planta inferior. Además, los vendedores de frutas y verduras que ahora tienen sus puestos de venta en la calle se trasladarían al mercado cubierto y quedarían distribuidos entre la primera planta y el sótano. La mayoría de los vendedores presentes en la reunión expresaron públicamente sus quejas. «Los clientes del mercado no quieren entrar en un recinto cerrado, pues para esto pueden ir a un hipermercado. Además, consideran que las instalaciones no están bien acondicionadas. No dispone de cámaras frigoríficas, además nadie quiere ir al sótano», indicaron.

Algunos recordaron que esta iniciativa se llevó a cabo pero no fue bien acogida. El regidor explicó que trasladará a al equipo de gobierno su opinión aunque no descartó que el proyecto siga su curso.