La consellera de Medi Ambient del Govern, Margalida Rosselló,
visitó ayer La Trapa invitada por Greenpeace, organización
ecologista que lleva a cabo la reforestación de tres hectáreas de
la superficie calcinada tras el devastador incendio de 1994, que
arrasó más de 800 hectáreas.
Rosselló, que sólo estuvo en el lugar unos 20 minutos al tener
que volver a Palma porque tenía que estar presente en una votación
en el Parlament, indicó que «la gran mejora en la situación actual
de este enclave se debe a la capacidad de regeneración de la zona y
al excelente trabajo realizado por Greenpeace y el GOB». La
consellera afirmó también que el método empleado en este trabajo se
puede aplicar a zonas como Artà o Puigpunyent, que en los últimos
meses han sufrido las consecuencias de las llamas. «Sin embargo,
trataremos de que no se tengan que volver a tener que traer plantas
de la Península. Sería conveniente que en el vivero de Menut, que
últimamente se está dedicando más a plantas ornamentales,
existieran más variedades autóctonas que se utilizaran también para
estas labores de reforestación».
Las cabras son uno de los principales problemas a los que se
están teniendo que enfrentar los voluntarios. Ante este hecho, la
consellera añadió: «Estamos estudiando diversas vías para tener
controlados a estos animales, que son uno de los factores que más
erosionan las Islas».
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