De todas las carreteras de montaña de la Isla, la de Port d'Andratx
al Port de Pollença (C-710), es la que tiene mayor riesgo de
desprendimientos de rocas. El Departament de Carreteras así lo
reconoce, aunque no tiene presupuesto suficiente para sujetar la
montaña.
Las actuaciones se limitan a las zonas donde el riesgo de
desplome de piedras es mayor. De hecho, en las últimas semanas se
trabaja en el kilómetro 99 de está carretera, donde se procede a la
colocación de mallas. José Manuel Pérez Ribas, jefe de Conservación
en Carreteres, explica que donde se detecta que la frecuencia de
desprendimientos es mayor se realiza un estudio geológico y
geotécnico y se analizan las características de los
desprendimientos.
En base a estos estudios se actúa. Las soluciones a aplicar van
desde el bulonado "pasadores en la roca para evitar que se
desintegre" a la colocación de mallas de guiado de tal forma que la
roca sigue el curso de la malla hasta caer al suelo. También se
pueden instalar barreras dinámicas que consisten en la colocación
de rejillas de poste a poste, en función del tamaño, distancia y
recorrido de las rocas.
Cualquiera de estos tratamientos resulta carísimo por lo que se
realizan actuaciones muy puntuales. En la C-710 se ha actuado en 2
tramos cerca de Banyalbufar y en el kilómetro 99.
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