La barriada está habitada por unas 20 familias que congregan a
aproximadamente 100 personas.
El Ajuntament concedió los permisos de obra únicamente para
interiores al propietario y el pasado mes de noviembre comenzaron a
ejecutarse. A mediados de este mes, sin embargo, se construyeron
dos naves en el exterior. Una está situada a unos cinco metros del
antiguo almacén y otra adherida a la parte posterior. Visto esto el
Ajuntament ordenó el cese de las obras.
El presidente de la asociación de vecinos, Jordi Roca, ha
manifestado que quieren evitar que «una barriada tan tranquila como
la nuestra se vea afectada por todas las molestias que supone un
bar de noche. Lo que más nos asusta es la aglomeración de gente en
el exterior con el ruido de los coches y el griterío».
El portavoz de la oposición , Miquel Jaume (UM), ha manifestado
que «se está acabando la tranquilidad en el pueblo porque se están
abriendo bares de noche en varios puntos del municipio. El grupo de
gobierno afirma que las Normas Subsidiarias (NNSS) lo permiten y no
quieren cambiarlas, pero en la anterior legislatura cuando
propusimos abrir una gasolinera sólo tardaron dos semanas en
cambiarlas para poder evitarlo».
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