TW
0

El pleno de Sineu del pasado viernes fue «rocambolesco». El primer punto del orden del día, los presupuestos para el 2000, fue aprobado con los votos a favor del equipo de gobierno (UM-PP) bajo la amenaza del portavoz de la oposición de impugnar la votación porque carecía de la documentación necesaria para valorar las cuentas. Una vez concluida la sesión plenaria, el secretario decidió por cuenta propia dejar los presupuestos sobre la mesa para debatirlos en un próximo pleno extraordinario, al considerar que la oposición ganaría la impugnación.

«Hay dos documentos imprescindibles, los bienes de ejecución y la relación de plantilla y no teníamos ninguno de ellos», explica Andreu Matas, portavoz de la oposición, que califica la sesión plenaria de «vergonzosa». Matas reconoce que el secretario se excedió en sus funciones al obviar una votación, un hecho que atribuye a que «el alcalde no hace nada, sólo va a los plenos de adorno y los que trabajan son sus concejales».

El equipo de gobierno estudiará el lunes la peculiaridad del caso y reclamará la validez de la votación. «La palabra del secretario no puede valer más que una votación», explicó ayer el concejal del PP, Pep Oliver. También quedó sobre la mesa la aprobación del pliego de condiciones para la adjudicación de la guardería y unas 50 preguntas de la oposición que el alcalde no contestó «porque tenía que irse a cenar», explicó Matas, quien pidió un pleno extraordinario sólo para ruegos y preguntas.