La posibilidad de que se abra una fábrica de explosivos dentro del
término municipal de Inca ha generado ya una fuerte polémica en la
ciudad. De hecho, desde la oposición, el PSM ya ha manifestado su
total rechazo al proyecto.
La iniciativa se ha hecho pública después de que la empresa
Unión Española de Explosivos SA haya pedido al Ajuntament los
permisos necesarios para reconvertir el viejo almacén existente en
la zona rústica Son Bordils en una fábrica de explosivos. Este
proyecto ha sido remitido al Ajuntament d'Inca desde la Delegación
del Gobierno, administración competente en este caso. La intención
de la empresa pasa por producir una sustancia conocida como
nagolita y que se obtiene de la mezcla de gasóleo y nitrato
amónico.
En estos momentos existen unas instalaciones, construidas en la
década de los sesenta, que funcionan como almacén de sustancias
similares y que se encuentran situadas entre la vía del tren de sa
Pobla y la carretera de Sineu, a escasos centenares de metros de la
vieja estación del empalme. En el expediente incoado por el
Ajuntament, el PSM ha encontrado unas alegaciones contra el
proyecto presentadas por un particular y que a pesar de estar muy
bien argumentadas han sido ignoradas y ni tan solo han sido
contestadas.
En estas reclamaciones se expone que la fábrica de explosivos
quedará ubicada muy cerca de una línea férrea de inminente
reapertura. Curiosamente, el proyecto presentado ante el Ajuntament
no tiene en cuenta esta circunstancia y simplemente indica que la
vía está en desuso. Las alegaciones también defienden que este tipo
de actividad puede perjudicar los acuíferos de la zona.
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