Las actuales instalaciones, construidas en la década de los sesenta, funcionan sólo como almacén.

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TOMEU GARCIES La posibilidad de que se abra una fábrica de explosivos dentro del término municipal de Inca ha generado ya una fuerte polémica en la ciudad. De hecho, desde la oposición, el PSM ya ha manifestado su total rechazo al proyecto.

La iniciativa se ha hecho pública después de que la empresa Unión Española de Explosivos SA haya pedido al Ajuntament los permisos necesarios para reconvertir el viejo almacén existente en la zona rústica Son Bordils en una fábrica de explosivos. Este proyecto ha sido remitido al Ajuntament d'Inca desde la Delegación del Gobierno, administración competente en este caso. La intención de la empresa pasa por producir una sustancia conocida como nagolita y que se obtiene de la mezcla de gasóleo y nitrato amónico.

En estos momentos existen unas instalaciones, construidas en la década de los sesenta, que funcionan como almacén de sustancias similares y que se encuentran situadas entre la vía del tren de sa Pobla y la carretera de Sineu, a escasos centenares de metros de la vieja estación del empalme. En el expediente incoado por el Ajuntament, el PSM ha encontrado unas alegaciones contra el proyecto presentadas por un particular y que a pesar de estar muy bien argumentadas han sido ignoradas y ni tan solo han sido contestadas.

En estas reclamaciones se expone que la fábrica de explosivos quedará ubicada muy cerca de una línea férrea de inminente reapertura. Curiosamente, el proyecto presentado ante el Ajuntament no tiene en cuenta esta circunstancia y simplemente indica que la vía está en desuso. Las alegaciones también defienden que este tipo de actividad puede perjudicar los acuíferos de la zona.