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El director gerente de la Fundación Hospital de Manacor, Carles Ricci, declaró ayer ante la juez del Juzgado de Instrucción de Primera Instancia número 1 de Manacor, Àngeles Vandrell, por la querella criminal interpuesta por el sindicato UGT al considerar que hubo negligencias por parte de la dirección del hospital al detectarse fugas de óxido de etileno procedente de la maquina esterilizadora. Estas fugas se detectaron en abril de 1998 y en febrero de 2000, y después la Fundación cambió la máquina.

También fue a declarar el jefe de mantenimiento de personal, Antoni Perelló, quien tuvo que defender la parte más técnica del procedimiento de la maquinaria. Después de declarar, Carles Ricci manifestó estar «satisfecho del procedimiento de la juez y creo que la resolución será breve porque en todo momento, desde el hospital de Manacor, se ha actuado correctamente».

Ricci ratificó ante la juez que cuando se detectaron las fugas de óxido de etileno, éstas eran insignificantes y la gente no corría ningún peligro. Además, la máquina se encuentra en un recinto cerrado donde no entra nadie, por lo que los empleados no están expuestos al óxido de etileno», concretó Ricci.

El director gerente del hospital declaró que «en todo momento utilizamos las medidas adecuadas y llegamos a cambiar la máquina por otra de moderna. Lo cierto es que si la Conselleria de Sanitat hubiera encontrado algún riesgo nos hubiera obligado a cerrar la máquina».

El abogado de UGT, Eduardo Valdivia, manifestó que «tanto el director gerente como el jefe de mantenimiento han reconocido que han existido las fugas de etileno y que es un producto cancerígeno. Además, no nos lo inventamos nosotros; existe un informe de la Conselleria y el Ministerio de Trabajo nos avalan. Lo importante es que existen tres empleados que quedaron afectados por estas fugas y en el control sanitario el índice de intoxicación fue superior a lo establecido».