Si algún recuerdo entrañable guardan todos los alumnos que han
estudiado en el instituto Mossèn Alcover de Manacor a lo largo de
esta última década es, sin duda, la de aquel director vital,
sencillo y de gran talante humano, Miquel Bosch, que este curso ya
ha disfrutado de su primer año de jubilación, después de diez años
de ser el director del centro y 20 de impartir docencia en la
materia de Física y Química. Por todo ello, muchos de los
compañeros que Bosch fue dejando por el camino de la enseñanza le
dedicaron un emotivo homenaje.
Ahora, el popular director que asumió este cargo desde 1981
hasta 1991 mira con nostalgia una década «repleta de cambios
sustanciales en la enseñanza secundaria», asegura Bosch. Miquel
Bosch recuerda que a finales de la década de los años setenta: «A
principios de curso siempre teníamos problemas con el Ministerio de
Educación de Madrid, ya que nos recortaba el número de profesores
de la plantilla y teníamos que hacer las clases con un mínimo de
maestros».
Uno de los colectivos del instituto de Manacor que más cambios
ha experimentado en la década en que Bosch fue el director «son los
alumnos». En este sentido, el ex director asegura que «durante los
primeros años de la democracia, los estudiantes eran mucho más
inquietos y participativos que los de ahora. Recuerdo que estaban
más sensibilizados con la preservación de su propia cultura». Por
otro lado, Bosch admite que «los últimos años de director fueron
para mí muy difíciles, me costó adaptarme a la nueva generación de
alumnos de la reforma de la ESO».
En referencia a los profesores, Bosch recuerda que al principio
la mayoría de los docentes eran de la Península, por lo que
impartían las clases en castellano. Los maestros de aquí éramos un
20%, pero poco a poco las cosas fueron cambiando. La asunción de
las competencias en materia educativa ha supuesto un giro
copernicano».
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