La industrialización, la modernidad y el interés por la alta
rentabilidad en los negocios ha provocado que uno de los molinos
harineros más importantes de la Part Forana haya cesado su
actividad. La farinera de Montuïri que se encargaba de moler el
trigo y la cebada que se producía en los campos de la comarca de es
Pla y otros municipios como Manacor y Llucmajor, entre otros, ha
dejado de funcionar, aunque el principal motivo es la jubilación de
su máximo responsable, Joan Gomila, quien ha vivido de forma muy
intensa el negocio familiar.
Ahora, sus hijos no quieren hacerse cargo del molino y a pesar
de que algunas empresas se han interesado en un primer momento por
continuar la actividad harinera, se han vuelto atrás cuando veían
que los cálculos para obtener importantes beneficios no salían.
El molino conserva la mayoría de la maquinaria primitiva que se
utilizaba para moler los granos de trigo y cebada, pero, según
cuenta Joan Gomila, «hace 15 años fueron cambiadas algunas piezas
para que la producción fuera un poco más rentable». Las máquinas
están capacitadas para producir unas diez toneladas diarias de
harina, pero «normalmente se ha producido la mitad», apunta
Gomila.
Los clientes de la harinera de Montuïri eran personas que
gustaban de la harina payesa y casera, que no es tan fina como la
industrializada. Ahora, Gomila no sabe qué hacer con la
infraestructura, aunque una salida sería alquilar las
instalaciones.
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