Unas 150 personas entre socios, trabajadores y transportistas de la
cooperativa de materiales de construcción Suliar intentaron ayer,
sin conseguirlo, evitar el cierre cautelar de la empresa ordenado
por el juez. A las 10.30 horas, el sargento jefe de la Policía
Local, Miguel Quetglas, acompañado por dos agentes más se
personaron en la empresa Suliar para proceder al precinto de las
instalaciones. En la puerta de las oficinas se encontraban los
trabajadores con pancartas en las que podía leerse «Volem fer
feina» o «Volem soluciones».
En un primer momento, la tensión fue fuerte e, incluso, se
escucharon insultos dirigidos a los policías locales. La policía
requirió la presencia del gerente de la empresa, Marcelino Rullán,
a quien se comunicó la orden de cierre aunque se negó a firmarla.
Rullán se dirigió a los trabajadores para pedir calma. «Seguiremos
negociando porque no se puede permitir una actuación de esta
manera», dijo. «Ahora es mejor calmarse».
En una reunión posterior de los socios y trabajadores, que se
prolongó durante tres horas, se decidió realizar una consulta
jurídica para conocer el alcance del cierre y las posibilidades de
que prospere el recurso interpuesto por la empresa contra esta
medida cautelar. También se acordó presentar un recurso para que se
pueda reanudar la actividad en la forma que se dicte, pero que sea
lo antes posible ya que de ello depende la supervivencia de
numerosas familias.
Solicitaron asimismo una entrevista inmediata con el alcalde de
Sóller, Joan Arbona, para que sea el Consistorio el que, mediante
el diálogo, busque alternativas para trabajar de forma legal,
soluciones que exigen desde 1991. Los socios de Suliar se han dado
de plazo hasta el lunes para no adoptar medidas de presión en
espera de soluciones dialogadas. El sábado repartirán octavillas
para explicar la situación de la cooperativa al pueblo.
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