Las críticas vecinales que genera el proyecto de remodelación de la
plaza de Can Pere Ignasi han aumentado ostensiblemente como
consecuencia de la llamativa estética que está tomando este
conjunto emblemático ubicado en el casco antiguo de la población.
La colocación de unas vidrieras de aluminio y la construcción de
una torre-ascensor, que ha provocado una considerable reducción de
la céntrica explanada, son las principales intervenciones que han
desatado la polémica.
Las obras acumulan un retraso aproximado de un año y son
seguidas de muy cerca por los residentes. Asimismo, los grupos de
la oposición coinciden en criticar que «el proyecto inicial no
tiene nada que ver con lo que se ha hecho y se está haciendo
actualmente. Los cambios son múltiples».
Para UM, «la plaza tendría que ser el escenario neurálgico de
Campos. Ahora ya no lo será. A nadie le gusta su imagen, nada
respetuosa con la arquitectura típica de la zona». Para los ediles
del PSM, «la plaza de Can Pere Ignasi ha perdido todo el sentido de
lo que debe ser una plaza mayor. Es más, el Ajuntament no tendría
que permitir el uso de materiales expresamente prohibidos (como las
vidrieras) por las Normas Subsidiarias». Finalmente, el PSOE se
muestra rotundo y manifiesta que «estéticamente, todo está mal.
Pretenden contrastar la nueva construcción con el antiguo casal y
casas anexas. No hay un proyecto definitivo y van cambiando».
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