Las diferencias económicas existentes entre el Ajuntament de Sóller
y el Colegio de Huérfanos Ferroviarios por el dinero que aportará
la Administración local por las 60 plazas reservadas para internos
sollerics retrasa la firma del convenio que posibilitará la
construcción de una residencia para personas mayores en los
terrenos municipales de sa Calatrava. Pese a que el alcalde, Joan
Arbona, ha expresado su deseo de poder suscribir el acuerdo antes
de dejar el cargo (día 7 de julio traspasa la Alcaldía a Ramon
Socias), lo cierto es que las negociaciones aún están abiertas. Y
va para largo.
La mañana de ayer fue muy intensa en los despachos de la Casa de
la Vila, siempre con la residencia como cuestión a debatir. El
concejal de Servicios Sociales, Onofre Bisbal, expresó a este
periódico un «cierto desánimo» porque en el seno de la Corporación
y del propio equipo de gobierno (PSOE-PSM) hay «criterios
diferentes». En opinión de Bisbal, «el nivel de calidad que ofrecen
las residencias del Colegio de Huérfanos Ferroviarios es de máxima
calidad» y Sóller tiene ahora una «oportunidad única». El concejal
independiente lamenta que en algunos ediles «los criterios
economicistas estén por encima de los asistenciales».
Por las plazas de residentes concertadas, el Ajuntament está
dispuesto a abonar unos 136 millones de pesetas anuales, 55 menos
que las previsiones fijadas por el Colegio de Huérfanos. Tampoco
está clara la titularidad del futuro inmueble ni la posible
participación del Consell, indicó Bisbal. El centro geriátrico
tendrá 150 plazas (60 para el Ajuntament) y un centro de día para
50 personas.
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