El pleno del Ajuntament de Santa Maria aprobó el jueves una
modificación de los parámetros urbanísticos del municipio que
restringe la construcción y reforma de las viviendas que están
ubicadas en suelo rústico. La nueva normativa urbanística exigirá
que las parcelas tengan un mínimo de 21.000 metros cuadrados o tres
quarterades para poder construir cuando ahora solo se pedían
14.000. El volumen máximo de las construcciones en suelo rústico se
limita a 450 metros cúbicos.
La modificación no solo afecta a las viviendas de nueva planta
sino que también se refiere a la reforma de las viviendas ya
existentes que, a partir de ahora, solo podrán aumentar en un 25
por ciento sus dimensiones. La aprobación de esta modificación con
los votos del equipo de gobierno (PSM) coincide con las peticiones
que han realizado los nacionalistas en torno a la moratoria del
Consell de Mallorca. El PSM defiende la necesidad de aumentar la
protección en suelo rústico.
El teniente de alcalde, Joan Serra, explicó al pleno que «la
moratoria puede cargar la presión urbanística en suelo rústico y
creemos necesario este aumento». El portavoz del PP, Antoni
Cañellas, pidió en el pleno que la modificación de la normativa
urbanística quedara sobre la mesa «por la cantidad de incoherencias
que hay en el texto sobre los parámetros y por la discriminación de
las viviendas ya existentes».
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