El alcalde republicano Antoni Mateu Ferrer fue nombrado ayer hijo
ilustre de Inca 64 años después de ser condenado y fusilado por un
Consejo de Guerra durante la guerra civil española. Antoni Mateu
Ferrer murió día 24 de febrero de 1937 junto a otros alcaldes, como
Emili Darder, Antoni Ques y Alexandre Jaume, acusados de promulgar
el asesinato de las autoridades de derechas. Desde el momento en
que fue detenido en el Port de Pollença negó todas las acusaciones
pero el Consejo de Guerra le declaró culpable.
«Padre y abuelo, te queremos mucho, ahora descansas en paz». Con
estas palabras, la nieta de Antoni Mateu, Maria Antònia Mateu,
resumía el sentimiento de la familia que entiende ahora que «se ha
hecho justicia». El hijo y nietas del que fuera alcalde de la
ciudad asistieron emocionados al nombramiento que coincide con el
centenario de su nacimiento. Al pleno de ayer asistió la cúpula del
PSM mallorquín, un partido que durante años ha reivindicado la
figura de Mateu, fundador e ideólogo de Esquerra Republicana
Balear.
El regidor Antoni Alorda (PSM) ejerció paradójicamente de
fiscal. Hablando en todo momento en tercera persona y dejando antes
clara su postura particular de total cariño hacia Mateu. Alorda
explicó: «Hay personas que preferirían dejarlo correr, que la
herida no se mueva para conseguir la reconciliación pero las
heridas que no se tratan no se curan, se cangrenan».
El regidor socialista Andreu París ejerció de ponente,
destacando las mejoras que Antoni Mateu representó para Inca. Habló
de su trabajo para impulsar la educación y de que fue el primero en
reclamar un hospital para la ciudad. París recordó emocionado a
todas las víctimas del franquismo, sin obviar la figura de su tío,
también fusilado por defender sus ideales.
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