Los festejos del primer siglo de luz eléctrica concluyeron con fuegos artificiales. FOTO: PERE BOTA

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Día 15 de agosto de 1901 miles de foráneos visitaron Alaró para presenciar, en el marco de las fiestas patronales de Sant Roc, la inauguración de la primera fábrica de electricidad de Mallorca. Ayer, cien años después, miles de personas llenaron de nuevo las calles de la localidad para celebrar el centenario de la presencia de la enegía eléctrica en la Isla.

La conmemoración del centenario contó con la presencia del president del Govern de les Illes Balears, Francesc Antich; la delegada de Gobierno, Catalina Cirer; la presidenta del Consell de Mallorca, Maria Antònia Munar; el vicepresidente del Govern, Pere Sampol, y los consellers Damià Pons, Mateu Morro y Príam de Villalonga, así como el alcalde de Alaró, Josep Gomila. También asistieron al acto el presidente de sa Nostra, Miquel Capellà; el presidente de GESA, Bartomeu Reus; el presidente de honor de GESA y pregonero de las fiestas del centenario, Felicià Fuster, y el presidente del Grupo Serra, Pere A. Serra, entre otros invitados.

Los actos comenzaron a las 21.00 horas, cuando vecinos, visitantes y autoridades se dirigieron a la iglesia parroquial, donde se proyectó un vídeo sobre la historia de la llegada de la electricidad al pueblo. «Con el nuevo invento, Mallorca dio un paso de gigante hacia el futuro apostando por una nueva energía que posibilitaría los mayores avances que haya podido observar el ser humano», manifestó Munar, que destacó la importancia de hacer un uso racional de las energías para asegurar un desarrollo «equilibrado y sostenible».

Francesc Antich tuvo palabras de recuerdo para los hermanos Gaspar y Josep Perelló, quienes importaron de Barcelona el invento «viendo en la fábrica eléctrica un negocio de futuro que garantizaría el progreso». El batle, Josep Gomila, entregó una placa conmemorativa a una nieta de uno de los hermanos Perelló y animó «a no vivir del recuerdo del pasado y apostar por el futuro». Las engalanadas calles permanecieron bajo la luz de las velas hasta que fue cortada la cinta inaugural de la antigua torre de electricidad, restaurada para la ocasión. Entonces, la luz de las bombillas y de los fuegos artificiales volvieron a iluminar el pueblo. Alaró fue anoche, un siglo después, la luz de Mallorca.