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Al agua patos. Nunca mejor dicho. Aunque en esta ocasión detrás de los patos saltaron también al agua las personas. Can Picafort celebró ayer, en el marco de las fiestas patronales, la tradicional amollada d'ànneres. Cientos de personas se congregaron al mediodí de ayer en la zona rocosa de Can Picafort para buscar un buen sitio desde donde ver o lanzarse al agua a la «caza del pato», que tuvo lugar, un año más, en el marco de un ambiente festivo.

La jornada, que es anualmente criticada por las diversas asociaciones ecologistas al considerar que «contradice la ley de defensa de los animales que prohibe las fiestas en las que los animales pueden sufrir daños», transcurrió ayer sin incidentes, según informaron fuentes de la Policía Local. Decenas de patos fueron soltados, de uno en uno, desde las jaulas depositadas en una barca que navegaba a pocos metros de las rocas que bordean el puerto deportivo.

Con el objetivo de hacerse con alguno de los animales, centenares de niños, jóvenes y adultos, mayoritariamente varones, se echaron al agua bajo la atenta mirada de muchos espectadores. Aunque los patos más avispados consiguieron alzar el vuelo, provocando frustración en los nadadores, y risas entre los espectadores, la mayoría fueron atrapados. Quienes consiguieron hacerse con un animal se dirigieron, con el ave en la mano a modo de trofeo, a las rocas. Una vez allí, decidían con la familia si el animal iría directo a la cazuela o al lago de Can Picafort.