Los conductores que recorrieron en la mañana de ayer la carretera
de Inca a Alcúdia, especialmente en el tramo comprendido entre la
rotonda de Sencelles y la de Sineu, soportaron importantes
retenciones de tráfico como consecuencia de las caravanas de
vehículos que se dirigen cada fin de semana hacia las playas del
norte de la Isla. Las aguas de Pollença, Alcúdia, Muro y Can
Picafort reciben cada fin de semana un elevado número de bañistas
procedentes de localidades de interior y de Ciutat.
Los vehículos se encuentran a la altura de Inca provocando
graves incidentes y dejando prácticamente encerrados a los
habitantes de la ciudad que en caso de emergencia tienen limitado
su desplazamiento. El fin de la autopista Palma a Inca y la
incorporación del tráfico procedente de las carreteras de
Sencelles, Sineu y Llubí provoca cada verano imágenes dantescas.
Aunque este año la situación no ha alcanzado las cotas de la pasada
temporada cuando el mayor volumen de tráfico coincidía con las
obras de construcción de la rotonda de Campanet, la situación sigue
siendo insostenible.
El conseller d'Obres Públiques, Josep Ferrer, prometió hace un
año que las obras de construcción de la primera fase de la ronda de
circunvalación de Inca comenzarían en 2001, pero todo parece
indicar que finalmente no se cumplirá este plazo. La reapertura de
la línea de ferrocarril hasta sa Pobla apenas ha reducido el
tráfico en la carretera. Si bien durante la semana son muchas las
personas de sa Pobla, Muro y Llubí que optan por desplazarse en
tren, el hecho de que en fin de semana los principales
desplazamientos se dirijan a la costa no evita la saturación de la
carretera de Inca, con un único carril por sentido de
circulación.
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