La única feria de carácter gremial de las Balears, que se celebró,
por segundo año, ayer en Alaró sirvió para reivindicar la calidad
de los productos autóctonos demostrando que el sello «fet a» puede
ser tanto o mejor que el «made in».
La totalidad de la vila se transformó ayer en un gigante
escaparate para los más variados productos desde las joyas y la
alimentación hasta la jardinería o la cerámica.
Casi todos los oficios, repartidos por gremios, tuvieron cabida
en el Gremial 2001, como así lo demuestran el más de un centenar de
expositores participantes.
Gremial no fue sólo una feria en sí, sino que se volvió a vivir
como una auténtica fiesta, como se demostró con el pasacalles
inaugural en el que participaron los dimonis y los gegants.
Precisamente la Trobada de Gegants en la Plaça de la Vila fue otro
de los actos mas vistosos. La mostra de cuina en la que
participaron los restaurantes del pueblo también tuvo un gran
éxito, de la misma manera que la exposición dedicada al centenario
de la electricidad.
A pesar de la coincidencia con la Fira d'Alcúdia, Gremial volvió
a cerrarse con un similar numero de visitantes que el año pasado,
demostrando así su aceptación. De hecho, las zonas de aparcamiento
funcionaron bien y no se registraron grandes problemas de
tráfico.
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