Montuïri ha contado con un cronista que se ha mantenido firme en
los últimos 50 años a través de la revista «Bona Pau». Es Onofre
Arbona, un hombre dedicado a su pueblo.
"¿Cómo fueron los orígenes de «Bona Pau»?
"Los inicios de la revista se encuentran íntimamente ligados a la
Iglesia. No en vano, en enero de 1952 salió un folleto parroquial
con la cabecera de «Bona Pau», si bien sólo era de la extensión de
una octavilla estampada en las dos caras, era una hoja con un
comentario del Evangelio. No fue hasta 1953 que asumí la dirección
ante la insistencia del rector. La única condición era que sólo lo
sería por un año y ahora, se han convertido en 50 años.
"¿Cómo consiguió que la revista tuviera tanta
aceptación?
"No negaré que tuvimos que superar muchas barreras, pero la censura
oficial y las dificultades económicas no nos pararon. Así
conseguimos reunir colaboradores gratuitos y los deseos de dar a
conocer la labor y actividades ligadas a la Iglesia, pero también
conseguir nuestras pretensiones. De aquí que desde los inicios ja
no faltaron las noticias históricas y el noticiario local.
"¿La censura del régimen franquista fue una
dificultad?
"Sí, a pesar de ser publicaciones religiosas era muy severa.
Recuerdo que en un número nos recortaron un artículo que hablaba
sobre los derechos de los campesinos.
"¿Cuándo comenzó «Bona Pau» a publicar en
catalán?
"A partir del número 4 de la revista, Pere Capellà escribía algunas
glosas en catalán, pero no fue hasta 1981 cuando «Bona Pau» adoptó
el catalán. Ojalá hubiéramos podido escribir en nuestra lengua
antes, aunque esto haya significado perder algunos suscriptores,
pero, poco a poco los hemos ido recuperando, pues ahora ya tiramos
850 ejemplares, una cifra importante, si tenemos en cuenta que
comenzamos con 500.
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