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La Fira de sa Sabata de Lloseta se consolida en su tercera edición como un perfecto escaparate para los productos autóctonos. Los stands dedicados a la venta de calzado fueron el destino estrella de la jornada de ayer. Ni las altas temperaturas ni el debut de España en el Mundial desanimaron a los vecinos que se acercaron desde los pueblos de los alrededores a visitar esta fira de reciente creación, pero auténtico muestrario de la tradición en la industria del calzado.

Bajo una inmensa carpa, los más mayores llamaban la atención de los asistentes cosiendo y cortando a mano las piezas necesarias para montar el calzado de las principales fábricas.

La recién estrenada peatonalización permitió circular con fluidez entre las distintas zonas de la muestra: artesanos, zapateros y tiendas de muebles, entre otras.

Si el sábado fue el president del Govern, Francesc Antich, el encargado de pasear por la muestra inaugurando la zona peatonalizada, ayer se sumaron autoridades de todos los colores políticos. Alcaldes y parlamentarios se sumergieron en la fira como cualquier visitante más.