La presencia de bases submarinas de platillos volantes es una de
las hipótesis que un equipo de la Sociedad Española de
Investigaciones Parapsicológicas (SEIP) desplazado este fin de
semana a Mallorca intenta confirmar, o desechar, en relación a los
extraños sonidos que desde hace meses perturban la tranquilidad de
las aguas del norte de la Isla.
«Todas las posibilidades están abiertas: desde la presencia de
bases de ovnis a la existencia de una zona volcánica bajo el mar o
el desplazamiento de la placa tectónica», relata José Castro,
coordinador del SEIP y miembro, junto a Javier Rodríguez, de la
expedición que hasta mañana estudiará estos ruidos.
Desde la tarde del viernes, los investigadores trabajan en la
zona situada entre la isla Dragonera y el cabo de Formentor, donde
profesionales de la pesca submarina aseguraron este verano haber
oído unos sonidos de origen desconocido que, al parecer, son
audibles en la superficie del mar durante los días de calma, cuya
fuerza e intensidad varían en función de la profundidad.
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