El Ajuntament d'Inca aprobó ayer inicialmente, con los votos a
favor del PP y en contra de todos los partidos de la oposición
(PSOE, PSM e Independents), la modificación puntual del Plan
General de Ordenación Urbana (PGOU) que permitirá la construcción
del tercer polígono industrial sobre 300.000 m en la entrada de
Inca desde la autopista de Palma. El PP introdujo en el último
momento una enmienda, que también contó con los votos en contra de
la oposición, para contemplar la posibilidad de destinar un 30% de
los terrenos del polígono a una zona «de usos culturales,
recreativos y de espectáculos».
El alcalde, Pere Rotger (PP), justificó la introducción de esta
enmienda explicando que la voluntad de su equipo es «desplazar a
este polígono una parte de la zona de ocio nocturno que hay ahora
en el centro de Inca y que provoca problemas a los vecinos, aunque
tendrá que ser el Consell de Mallorca quien diga que así se puede
hacer».
Los portavoces de la oposición criticaron la «falta de
información» por parte del equipo popular en el proceso de
aprobación del polígono y el hecho de que en el texto que se
remitirá ahora al Consell no estén claramente definidos los usos y
actividades que se podrán desarrollar en la nueva zona industrial.
«Una muestra de la confusión es que en la Comisión de Urbanismo del
pasado lunes se dijo que el equipo de gobierno no contemplaba crear
una zona de ocio en el polígono», dijeron. La portavoz del PSM,
Francesca Vives, denunció que «durante este proceso se ha producido
una especulación con la compra y venta de terrenos».
El concejal de Urbanismo, Bartomeu Seguí, se defendió de las
acusaciones de Vives: «Los propietarios de los terrenos han tenido
toda la información que han querido por parte del Ajuntament y el
hecho es que casi el 100% de ellos han mostrado su acuerdo con el
proyecto».
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