31/08/03 0:00
CATERINA VENY/X. FERRER
No duermen ni viven tranquilos. La elevada contaminación acústica y
los numerosos actos vandálicos que suceden sobre todo, los fines de
semana en la localidad costera de Portocristo son una realidad que
desde hace años molesta, pero también indigna a vecinos y
veraneantes. Los ruidos estridentes de motos y coches, la fuerte
música de los bares, así como los gritos, y hasta los vómitos de
algunos jóvenes borrachos en medio de la calle, se ha convertido en
una situación que se «hace insoportable», aseguran los vecinos de
una de las calles más afectadas por la marcha nocturna.
Precisamente la calle de Sant Jordi es el acceso directo a los
bares de copas.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.