La lluvia sorprendió al grupo cuando empezaba a llegar al monasterio de Lluc. Foto: L.PLANAS

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Alrededor de 6.000 personas de 25 pueblos de la Isla participaron durante la madrugada de ayer en la XXIV edición de la Pujada a Lluc a peu de la Part Forana. La marcha transcurrió sin incidentes importantes, según explicaron los miembros de los dispositivos de Protección Civil y la Cruz Roja, que sólo tuvieron que atender casos de agotamiento y deshidratación, además de las típicas ampollas en los pies.

La principal incidencia de la subida fue la fuerte lluvia que empezó a caer a partir de las siete de la mañana, cuando la gran mayoría de los participantes estaba empezando a llegar al Monasterio de Lluc. Muchos de ellos no llevaban ropa de abrigo y por ello quedaron remojados. La sensación de frío acabó agotando a algunos.

La lluvia también obligó a cambiar los planes de los actos organizados para recibir en el Monasterio de Lluc a los participantes. Así, se realizó un acto breve en el Acolliment, donde los representantes de cada pueblo, entre los que había algunos alcaldes como el de sa Pobla y el de Campanet, hicieron la tradicional ofrenda de ramos y productos de la tierra. Allí también se hizo entrega de la insignia de los Antics Blauets a Andreu Mulet Roig, natural de Campos, por su fidelidad ya que hace 28 años que sube a Lluc. La celebración de la eucaristía celebrada por el prior del Santuari de Lluc, Jaume Reynés, se trasladó a la Basílica.