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XISCO BUSQUETS/C.R.G.
El párroco de Banyalbufar, Antoni Mercant, ha decidido no bautizar a Auba, una niña de cuatro meses y medio de edad, hija del policía local Guillem y de su compañera Maria. Con el orgullo de unos padres primerizos, la pareja se dirigió el pasado martes a la parroquia para pedir fecha y hora para el bautizo de su hija Auba, pero el párroco decidió no llevar a cabo el sacramento al constatar que la pareja no está casada por la Iglesia y que ésta no piensa hacerlo.

Guillem y Maria expusieron al párroco que no tienen interés en casarse por la Iglesia pero, al estar los dos bautizados, querían que su hija Auba «fuera una nueva cristiana». «¿Qué mejor garantía que, precisamente sin estar casados, nuestra fe nos acerca aquí para traer a nuestra hija?» le argumentaron al presbítero, pero Antoni Mercant se remitió a la normativa diocesana.

Según la Normativa para los Sacramentos de la Diócesis de Mallorca, «los padres o al menos uno de los dos que hacen la petición de Bautismo para su hijo, han de ofrecer esperanzas fundamentadas de que será educada en la religión católica. Excepcionalmente, también podrá ser admitido un niño al Bautismo en el caso de que un familiar próximo o uno de los padrinos ofrezcan garantías de darle una educación adecuada a la educación cristiana y lo padres no se opongan. Si falta por completo la esperanza mencionada se ha de aplazar el Bautismo, explicando la razón a los padres».