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La XXI Pujada a Lluc a Peu reunió ayer en torno a la clásica paella en los aledaños de sa Font Cuberta a unas 3.000 personas procedentes de Marratxí, casi 600 de las cuales subieron a pie desde Inca a las 6 de la mañana. El tiempo fue benévolo con los participantes y las actividades previstas pudieron realizarse sin problemas: desayuno, misa, ball de bot y concierto de la Banda Municipal.

Como novedad cabe destacar la presencia del recientemente creado servicio de Protección Civil del municipio en el que se podría considerar su primer servicio oficial. Al final de la mañana Bartomeu Salom, con sus familiares y colaboradores, preparó 550 kilos de arroz repartidos en tres grandes paelleras.

Al final, los marxaires, que habían abonado 6 euros en concepto de transporte y comida, se llevaron el plato de cerámica de Pòrtol como recuerdo en uno de los 44 autocares fletados desde el Ajuntament, organizador del evento. El batle, Miquel Bestard, al frente del equipo de gobierno municipal, expresó su satisfacción por el magnífico resultado de la Pujada.