Las infracciones urbanísticas han sido en el Ajuntament d'Artà
objeto de discusiones entre los diferentes grupos municipales, pero
en la sesión plenaria celebrada anteayer por la noche el equipo de
gobierno (IA-PSOE) consiguió que se aprobara la demolición de tres
edificaciones ilegales en zona rústica con el voto de EU-EV,
mientras que UM se abstuvo y el PP votó en contra. La alcaldesa
Margalida Tous informó que los tres propietarios tenían dos meses
para presentar alegaciones y restablecer la legalidad, aunque dos
de las tres obras, son ilegalizables.
Al contrario de la anterior sesión plenaria, en la que la
alcaldesa puso como condición aprobar las demoliciones por
unanimidad, Tous siguió adelante con la propuesta del derribo de
tres edificios a pesar de no conseguir la unanimidad, una condición
difícil de cumplir porque PP y UM se niegan a «bañarse» con este
tema.
UM consiguió desestabilizar al equipo de gobierno cuando propuso
hacer una auditoría sobre el estado de cuentas del Ajuntament.
Rafel Gili (UM) argumentó que «hemos sabido que existen algunas
deudas a empresarios que han prestado sus servicios al Ajuntament y
todavía no han cobrado. Creemos que nos esconden información». La
propuesta fue aprobada con los votos de PP, UM y EU-EV. El Partido
Popular se quedó solo cuando presentó una moción contra el Plan
Ibarretxe la que no prosperó. La propuesta que si prosperó fue la
del regidor Julen Adrián (EU-EV) que había consensuado ya con el PP
y UM, sobre la participación ciudadana en la comisión de
fiestas.
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