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GORI VICENS
El 31 de marzo del año 1844 marcó un antes y un después en la vida de todos los vecinos de Felanitx. A las cinco de la tarde y mientras se celebraba el Vía-Crucis del Día de Ramos, en la cuarta estación, se vino abajo un muro de la iglesia parroquial. Muchos vecinos que contemplaban la procesión quedaron enterrados bajo las piedras. La tragedia se saldó con 414 muertos y más de 200 heridos.

Aquel fatídico día es conocido por los felanitxers como «s'enterrossall de sa timba». Las crónicas de la época cuenta que la estructura del muro estaba en malas condiciones y, de hecho, la habían apuntalado pero para celebrar la procesión quitaron las medidas de seguridad. La gente estaba ubicada en lo alto y cayó sobre los vecinos que miraban el Vía-Crucis a pie de calle.

Éste suceso tuvo secuelas sociales y económicas que marcaron a lo largo de muchos años al municipio. Felanitx tenía entonces una población de 10.000 habitantes y la muerte de 414 vecinos, la atención simultánea de 200 heridos, una herencia de huérfanos, viudas y ancianos desamparados, dejaron un panorama desolador. Entre los fallecidos estaba el alcalde y seis regidores que habían tomado posesión de su cargo aquel fatídico día, además del sacerdote que predicaba.