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CARMEN RUIZ/CATERINA VENY
Un informe redactado por los ingenieros de caminos Antoni Cladera Bohigas y Josep Sindreu Fernández pone de manifiesto que las actuaciones para arreglar la línea férrea entre Inca y Manacor son «perfectamente compatibles» con la circulación de los trenes. «No hay ningún informe que manifieste que es un peligro», dice. El estudio, presentado ayer por el la Associació d'Usuaris del Tren y el GOB, expone que «los parámetros con que se construyó la línea no son los habituales en ingeniera».

Así enumeran una serie de deficiencias en la obra: ausencia total de cunetas de guarda (cunetas en las partes altas de los taludes para recoger el agua y evitar filtraciones) y excesiva verticalidad de los taludes de roca y tierra, que deben tener una pendiente más suave. Concretamente entre el Enlace y Sineu, hay dos trincheras en las que prácticamente no se han producidos desprendimientos, por lo que los ingenieros concluyen que «este tramo se podría abrir mañana mismo, si bien habría que organizar los trabajos para ver cuándo es más conveniente: las noches, a intérvalos de paso del tren a causa de la baja frecuencia».

En el tramo Sineu-Manacor, la solución más eficaz para los ingenieros es reconstruir el talud desde la parte superior para reducir la pendiente y colocar una malla de triple torsión para contener los desprendimientos, intervención que se puede llevar mientras circulan los trenes. Para el geólogo Damià Perelló la línea Inca-Manacor también tiene muchos defectos. «El proyecto es una chapuza», afirma, pero como los es el túnel de Sóller o muchas carreteras. Perelló criticó que los organismos no realizan estudios geológicos antes de iniciar las obras sino después.