La llampuga ha dejado de ser un pescado de segunda categoría. La
III edición de la Mostra de Cala Rajada ha conseguido que la gente
conozca más este producto autóctono así como su revalorización.
Miles de personas conocieron ayer 22 maneras selectas de cocinar la
llampuga. Cerca de 3.000 kilos de pescado y unas 44.000 raciones
son el testimonio evidente que esta feria se ha convertido en un
evento gastronómico de primer orden.
Las cuatro gotas de lluvia que cayeron por la mañana no
afectaron a la afluencia de público que a mediodía empezaba a
recibir a los primeros visitantes. El sol ya había salido y poco a
poco se iba llenando el recinto. De tal manera que sobre las 14
horas era imposible encontrar un asiento libre bajo las carpas
instaladas para la ocasión. La novedad de este año fue una
exposición de enseres de pesca antiguo que contaba con las
explicaciones de los pescadores mayores y una exposición de
fotografía.
Al acto asistieron la consellera de Pesca, Margalida Moner, el
conseller de Turisme, Joan Flaquer, el director de Pesca, Miquel
Angel Calviño y desde el Consell, los consellers, Miquel Angel
Flaquer y Antoni Pascual. También el alcalde Joan Ferrer y el resto
de la corporación municipal. La Mostra, con un descanso de unas
horas, se prolongó hasta la noche.
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