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La restricción al tráfico y aparcamiento de vehículos por toda la zona peatonal del casco antiguo de Manacor será regulada con la instalación de pilones retráctiles que se activarán con tarjetas magnéticas. La última iniciativa del Ajuntament de Manacor dirigida a impedir la libre circulación motorizada por el centro de la ciudad para así evitar la degradación del pavimento, se centra en la expedición de tarjetas magnéticas entre los residentes y comerciantes del área restringida al tráfico. Estas tarjetas llevarán instalado un chip magnético para activar los pilones retráctiles que limitan la céntrica plaza de sa Bassa y algunas de las calles que confluyen hacia ella.

Las tarjetas magnéticas sólo podrán ser utilizadas por residentes y comerciantes del centro dentro de un horario restringido. El Ajuntament también ha regulado el horario de acceso al centro comercial que será de nueve de la noche hasta las nueve de la mañana y de las dos del mediodía hasta las cuatro de la tarde. Además, la única vía de entrada y salida de vehículos con mercancía será por la plaza de sa Bassa. Todas las demás entradas quedan prohibidas al tráfico. Este extremo fue confirmado ayer por el delegado de mantenimiento en el Ajuntament manacorí, Antoni Sureda, quien explicó la iniciativa durante la comisión informativa celebrada ayer.

A parte de los pilones retráctiles de sa Bassa, el proyecto también contempla la instalación de pilones accionados por un llave en la plaza, la calle Bosch y Joan Segura. Las llaves permanecerán en manos de la Policía Local que regulará el acceso al centro en casos de emergencia. «El centro no puede quedar cerrado».

Los comerciantes del centro aplauden la iniciativa, pero reclaman una mayor celeridad en la expedición de las tarjetas. El presidente de los comerciantes del centro, Manel Badia, alabó ayer el proyecto de restricción al tráfico en el centro comercial. No obstante, exigió celeridad al Ajuntament en la instalación de los pilones retráctiles y la adjudicación de las tarjetas. «Tenemos serios problemas para entrar las mercancías en nuestros comercios», advirtió. Otros comerciantes, como Antoni Puigrós, han sido más críticos con la iniciativa municipal. «Centralizar la entrada y salida por un sólo punto, como es sa Bassa, conllevará consecuencias negativas: los comerciantes de la calle Joan Segura estamos lejos del único acceso».