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El equipo de gobierno (PP-UM-SU) del Ajuntament de ses Salines aprobó en el pasado pleno un catálogo de protección de patrimonio histórico sin informar a los titulares cuyo inmueble ha sido incluido en el listado.

Así, los vecinos a los que se les ha incluido un inmueble o elemento patrimonial en el catálogo no podrá realizar según qué intervenciones en su propiedad según el nivel de protección que se les ha aplicado. El catálogo incluye monumentos militares, edificios religiosos y públicos, molinos de harina o de agua, edificios urbanos, industrias, casa de roter, pozos, cisternas, casetas varadero o viviendas rurales.

El grupo municipal del PSOE, pidió explicaciones en el pasado pleno acerca de los criterios seguidos a la hora de confeccionar este catálogo. «Cada construcción tiene una ficha con lo que se puede o no hacer, ¿Qué criterios se han seguido? ¿Se ha informado a los propietarios», interrogó el portavoz socialista, Sebastià Burguera. El alcalde, Sebastià Vidal (PP), contestó que «la gente no está informada porque no hemos informado nunca». Ante esta situación aceptó la propuesta del PSOE de comenzar una ronda de información entre los propietarios afectados.

El PSOE sugirió también que se revise el catálogo porque «hemos visto que hay edificios de 200 años que no se han incluido». El pacto dijo que se estudiaría si revisa o no el catálogo pero se negó a dejar el punto sobre la mesa.

El regidor del PSOE, Antoni Perelló, acusó al equipo de gobierno de llevar a cabo «un urbanismo a la carta» porque los edificios «han sido protegidos según conveniencia urbanística de no sabemos qué intereses». El alcalde Vidal negó estas acusaciones.

Para demostrar la necesidad de revisar el catálogo, Perelló puso el ejemplo de una antigua casa de dos crujías que el siglo pasado se dividió en dos casas de una crujía cada una y ahora «una ha sido catalogada y la otra no».

El catálogo fue aprobado con los votos a favor de los regidores del pacto mientras el PSOE y Francesc Garí, del grupo mixto, votaron en contra.