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El sentimiento de desánimo y tristeza generalizada se ha agravado esta semana con la partida de los últimos 42 trabajadores afectados por el expediente de regulación de empleo presentado por Majorica el pasado verano. Si la semana anterior fueron 27 los empleados prejubilados o con baja incentivada, esta vez todos los centros de trabajo son testimonios de la despedida de 42 compañeros más. Por su parte, la empresa ya ha confirmado el dinero necesario para finiquitar a todos estos trabajadores que durante años han dedicado toda su experiencia a la fabricación de perlas y joyas. Muchos de ellos ya se han despedido de sus compañeros de trabajo, aprovechando las últimas vacaciones que les quedaban pendientes.

CATERINA VENY
Miedo y nerviosismo mezclado con un cierto escepticismo. Estas han sido las reacciones inmediatas de los trabajadores de Majorica ante el comunicado enviado el lunes pasado por parte de la dirección de la empresa perlera, por el que se amenaza a la plantilla con el cierre de todas las fábricas de Manacor y con la suspensión de los contratos de trabajo si continuaban los paros. Después de la difusión del comunicado a todos los centros de trabajo, los comités convocaron varias asambleas en las que acordaron normalizar la producción al cien por cien y suspender los paros parciales que se secundaban desde principios del mes de diciembre.

Las reacciones entre los sindicatos tampoco se han hecho esperar. En este sentido, UGT ha avanzado que remitirá el comunicado ante Inspección de Trabajo para que el organismo confirme que la amenaza «atenta contra los derechos fundamentales de los trabajadores y hasta qué punto puede ser constitutivo de delito».

Por su parte, el sindicato de CCOO tildó la medida anunciada por la dirección de la compañía de «muy drástica» y la culpabilizó de ser la «única que ha forzado la crítica situación que sufrimos desde hace ya tantos años», explicó la delegada sindical, Catalina Ginard. Esta representante de CCOO añadió que ahora la empresa «no tiene que ir exigiendo interés a los trabajadores, cuando no ha cumplido con la mayoría de los compromisos firmados en el protocolo».

Una miembro del comité de perlas, Joana Maria Cánovas, admitió que los empleados «están atemorizados ante la nueva advertencia lanzada desde la empresa». Por ello, «nos pondremos a producir a un ritmo normal, sin dejar de vigilar los pasos de la empresa», confirmó. El escepticismo fue otra de las reacciones que se dejaron notar entre obreros.