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El equipo de gobierno del PP llevó ayer a la aprobación del pleno municipal el coste definitivo del proyecto de la piscina cubierta, que se ha elevado a cerca de 3.345.000 euros, cuando el presupuesto inicial era de unos 2.000.000 de euros. La modificación sustancial del proyecto, que supuso este incremento del 65% del presupuesto, fue aprobada por una comisión de gobierno en noviembre de 2003, sin que se informase al pleno municipal cuando la ley obliga a hacerlo si la modificación del proyecto supone un incremento de más del 20% del presupuesto inicial.

Según reconoció ayer el propio teniente de alcalde de Urbanismo, Bartomeu Seguí, «queremos dar carpetazo al tema». «En su momento, no llevamos la modificación del proyecto a la aprobación del pleno, nos equivocamos en la forma», añadió, pero insistió en que todos los pagos de este incremento han sido justificados. Todos los grupos de la oposición criticaron duramente al equipo de gobierno por esta ilegalidad, a la que ayer se pretendía dar cobertura a través de la aprobación del pleno con los votos a favor de la mayoría del PP. Tanto el PSOE como el PSM anunciaron que emprenderán acciones jurídicas contra el equipo de gobierno municipal.

El equipo de gobierno defendió durante el debate que se trataba de un «defecto de forma» pero no de una ilegalidad. El portavoz de Independents d'Inca, Àngel Garcia, preguntó finalmente a la interventora municipal presente en el pleno: «¿Fue ilegal la modificación que se hizo del proyecto?». El alcalde Pere Rotger se adelantó a la respuesta de la funcionaria: «Pues sí, de la misma forma que se hace en mil obras en todos los municipios», dijo el alcalde, zanjando el debate.