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«Vine a viure-la». Este sencillo pero directo mensaje mezclado con el encanto de lo antiguo que hoy aun perdura inalterable en el pueblo de Ariany, se convirtieron durante la noche del sábado en un auténtico reclamo. Cientos de personas llegaron hasta esta localidad del Pla para adentrarse en un mundo de gastronomía típica, de artesanía y bisutería, pero también de folclore mallorquín. Era la segunda edición de la Fira Nocturna. Un acontecimiento que reunió también a la plana mayor de UM con su presidenta, Maria Antònia Munar, al frente de una numerosa comitiva de autoridades.

El símbolo de la unidad de UM expresado por una comitiva guiada por Munar y el alcalde de Ariany, Antoni Pascual, seguidos del vicepresidente, Miquel Nadal, el conseller Miquel Riera, el director insular Gonzalo Aguiar, entre otras autoridades insulares locales; sirvió para estrechar lazos en vistas a una semana que puede ser decisiva para el futuro del pacto de UM y PP, después de la crisis de Calvià.

Pero la fiesta se impuso a la vertiente más agria de la política y la presidenta evitó pronunciarse al respecto a la espera de la reunión del comité local de hoy. Así que Munar quiso disfrutar del buen ambiente de la Fira Nocturna. Hasta el punto que un grupo de jóvenes le hizo entrega de unos pendientes, que la presidenta no dudó en probárselos.