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Nova Santa Ponça sigue sin estar al día. Las prisas exhibidas por el alcalde de Calvià, Carlos Delgado (PP), a la hora de aprobar el pasado mes de julio la recepción municipal de las urbanizaciones de la familia Nigorra, han brillado por su ausencia llegado el momento de subsanar las millonarias deficiencias que presentaban entonces y siguen presentado ahora sus calles y aceras. Cinco meses después de que Delgado utilizase el voto tránsfuga del ex edil de Unió Mallorquina (UM), Joan Thomàs, para conseguir que el Ajuntament de Calvià se hiciera cargo de la subsanación de las deficiencias que presentan las urbanizaciones propiedad de la familia Nigorra y del mantenimiento de las mismas, tanto la avenida Santa Ponça como la mayoría de las calles que desembocan en ella siguen presentado un aspecto -cuanto menos- de abandono.

Y es que tal como puedo comprobar ayer este diario, la tormenta política desatada este verano en el Consistorio calvianer a raíz de la polémica recepción de Nova Santa Ponça, parece no haber evitado que las urbanizaciones en cuestión ofrezcan a día de hoy un paisaje de calzadas plagadas de baches, aceras destartaladas y arcenes repletos de maleza. A este respecto, el nuevo responsable del área municipal de Mantenimiento, Bartomeu Bonafé (PP), reconoció también ayer a este rotativo que el grueso de las actuaciones encaminadas a subsanar los deficiencias que presentan las urbanizaciones de la familia Nigorra todavía no se han iniciado.

Bonafé explicó que por el momento sólo se han adecentado algunas zonas ajardinadas, se ha procedido al arreglo y pintado de ciertas farolas y al bacheado de una serie de calles que -a juzgar por lo visto- no figuran entre las más transitadas. No obstante, el responsable del área de Mantenimiento (de la que Antoni Tirado, mano derecha del tránsfuga Thomàs, es el director) aseguró que la puesta al día de Nova Santa Ponça se iniciará durante a principios de 2006 con «importantes inversiones» destinadas a mejorar el alumbrado público de las urbanizaciones y a reasfaltar las calles cuyo pavimento se encuentra más deteriorado.