Un de estos vecinos, Joan Oliver, de la asociación Alzina, se
personó hace poco más de un mes ante la Policía Local de Bunyola y
la Guardia Civil de Marratxí para pedir que se comprobara que la
devastación del terreno contaba con permiso y para denunciar al
mismo tiempo que le habían impedido el paso por un camino público
que discurre por la finca de Raixa en dirección hacia la zona
conocida como esementer des Colomer i la finca de Raixeta.
Según sus investigaciones, la Conselleria de Medi Ambient
autorizó esta deforestación para una «recuperación de cultivo». «En
ningún caso puede justificarse esta devastación forestal en un
paraje con un alto valor natural. Además de eso, en el año 2004 ya
permitieron la deforestación de nueve hectáreas más en una zona muy
cercana», manifestó Joan Oliver.
Bernat Fiol, de Gadma, carga contra las actuaciones que se están
realizando junto a Raixa. «No puede permitirse una recuperación de
cultivo en un paraje como éste, porque sólo puede ir encaminada a
cobrar subvenciones o a levantar una casa. El Govern tiene que
preocuparse de porque no es practicable el camino público que unía
Bunyola y Valldemossa, porqué han puesto barreras al torrente de
Raixa incumpliendo el dominio público, o de si se están haciendo
construcciones ilegales, tal como sospechamos».
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