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El delegado especial de la Agencia Tributaria en Baleares, Raúl Burillo, se desplazó ayer a Inca para inaugurar las obras de ampliación y las mejoras en la distribución que se han hecho en la delegación de la capital del Raiguer. Burillo aprovechó la visita para desmentir las acusaciones del Partido Popular de Inca que apuntaban que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero tenía intención de cerrar las delegaciones comarcales. Cabe recordar que en este sentido el Ajuntament d'Inca llegó a aprobar una moción para pedir al Gobierno central que evitara el cierre de las delegaciones de Hacienda. «Se mantendrán todos los servicios que hay actualmente y todo el personal. Lo único que cambiará es que funcionarios cualificados de la Agencia Tributaria de Palma podrán encargarse de realizar controles a los contribuyentes de empresas grandes que así lo requieran», dijo. Burillo recordó que se trata de un proyecto que todavía no se ha aprobado y comparó el cambio con el de un hospital comarcal. «Es como si autorizamos la atención en Son Dureta de un enfermo que requiere un médico especialista», añadió.

Burillo anunció que la Agencia Tributaria está invirtiendo en mejoras en los servicios que prestan las delegaciones de Inca y Manacor. Recientemente, de hecho, se ha implantado en Inca un sistema de ventanilla única que evita que para realizar varias gestiones se deban hacer diferentes colas. La mejora de las infraestructura ha permitido ademas dar más confidencialidad a los ciudadanos, a quienes ya no se atiende de pie sino en el despacho de un funcionario.

La mejora más significativa, sin embargo, está en el sistema informático de gestión automatizada que ya se ha implantado en Inca y que calcula el tiempo de espera de los ciudadanos y evita cualquier tipo de cola.