Ahora la comisión de patrimonio del Consell ha autorizado «la
construcción de un rampa reversible y que supondrá una mejora
sensible para la accesibilidad a la iglesia todo esto sin afectar
negativamente los valores que motivaron la declaración de este BIC
y su entorno más inmediato». La rampa que se instalará será de
madera de teca y no se tocará ninguna piedra de los emblemáticos
graons de Montuïri.
Hace unos años la presentación de diferentes proyectos enfrentó
al Ajuntament y a la parroquia con los técnicos del Obispado y del
Consell, ya que unos querían la rampa por el lado de la rectoría
mientras otros apostaban por el extremo opuesto conocido como Can
Ferrando, además al ser todo el conjunto arquitectónico declarado
BIC, no se podían realizar según que tipo de obras.
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