El buque «Cabo Prior» que albergaba el agua trasportada desde la Península para abastecer el municipio de Calvià.

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Pese a haber saldado hasta el último céntimo de la deuda derivada de la «operación barco», el Ajuntament de Calvià no tiene intención, al menos a corto plazo, de bajar el precio del suministro de agua potable. Es más, del mes de septiembre a esta parte, la tasa relativa a esta servicio ha subido hasta un 1'032223 euros por metro cúbico. Ante esta coyuntura, el grupo municipal del PSOE en el Consistorio calvianer se ha apresurado a presentar una moción -a debatir en la sesión plenaria del próximo 30 de marzo- en la que los socialistas instan a la empresa pública Calvià 2.000 (cuya gestión corresponde al área de Servicios Urbanos que dirige el teniente de alcalde Rafel Garau) a «iniciar con urgencia el expediente de revisión de la tarifa de agua potable, para que contemple los costes reales del suministro, deduciendo de los que hasta ahora se venían computando, el del pago de la operación financiera correspondiente a la llamada 'operación barco'», manifestó ayer el portavoz del PSOE en el Ajuntament, Antoni Manchado.

Ante esta coyuntura, la formación socialista considera «razonable» que el expediente que marca los precios del servicio de agua corriente se tramite de nuevo, «descontando ese coste que han pagado íntegramente los ciudadanos de Calvià, lo que produciría, directamente, una bajada del precio del agua». «Esta bajada está absolutamente justificada, dado que, si le cuesta menos a Calvià 2.000, debe, también, costarle menos a los ciudadanos de Calvià, y que éstos dejen de pagar lo que ya no existe y han pagado con su esfuerzo durante una década», argumenta el PSOE en su moción.

La «operación barco» se inició hace 10 años cuando la exigüe situación de los recursos hídricos de la Isla obligó al Gobierno de España, el Govern balear y a los ayuntamientos de Palma y Calvià -entonces gobernados por Joan Fageda (PP) y Margarita Nájera (PSOE), respectivamente-, a poner en marcha un sistema para traer agua desde la Península hasta Mallorca. Esta operación consistió, básicamente, en fletar un barco cisterna -el «Cabo Prior»-, que recibía el agua transportada por el petrolero Móstoles, y construir unas infraestructuras de bombeo en el puerto de Palma. Palma y Calvià han tenido que hacer frente a un crédito de 4.500 millones de las antiguas pesetas para sufragar el coste del proyecto a través de una compleja operación financiera.