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El tránsfuga Joan Thomàs admitió ayer, a través de su abogado Rafael Perera, que Unió Mallorquina (UM) no le impuso firmar el documento de fidelidad al partido, que exigía una indemnización de tres millones de euros al militante que abandonara la disciplina de UM. Thomàs firmó el documento -redactado el 19 de mayo de 2003- en la sede de UM en Calvià seis días antes de las elecciones autonómicas en su calidad de número 2 de la lista de ese partido.

Abandonó UM en desacuerdo por el voto negativo de la formación a la recepción de la urbanización Nova Santa Ponça, propiedad de los Nigorra, que sí apoyaba el alcalde Carlos Delgado. Desde entonces, milita en el Grupo Mixto y suma su voto a todas las iniciativas del PP en Calvià. En el transcurso del acto de conciliación previo al juicio, que se celebrará el 20 de abril, la titular del Juzgado de Primer Instancia número 6 de Palma rechazó varias de las peticiones de prueba presentadas por las partes. Admitió, en cambio, un CD con unas declaraciones de Thomàs ante Radio Calvià en las que éste admite que había participado en la redacción del documento de fidelidad, así como una certificación del Electoral.

Al acto de conciliación previa asistieron los firmantes de la demanda Isidre Cañellas, Sebastià Genovard, Matías Cantarero y Yolanda Tomás, todos ellos dirigentes de UM, junto al abogado que les representa Tomás Ques. Thomàs, por su parte, llegó a los juzgados acompañado por su abogado Rafael Perera. «No tengo nada que temer, no he matado a nadie», dijo, poco antes de asistir al acto. Perera pidió a la juez que admitiera un total de seis pruebas, pero la magistrada rechazó cuatro, y sólo dio el visto bueno a dos pruebas, una documental y otra pericial. Una de las pruebas rechazadas fue el documento en el que UM aceptaba recepcionar la urbanización de los Nigorra.