Los cortes en el suministro se suceden por diferentes zonas, nunca en todo el casco urbano pero no están controlados ni previstos por la empresa que ejecuta las obras. De hecho, a parte de los cortes, lo que más inconvenientes crea a los vecinos es la falta de información sobre los cortes y su duración.
El alcalde de Son Servera, Damià Ripoll (PP), reconoció la existencia de problemas en el suministro a causa de las obras. El problema, según Ripoll, radica en que las canalizaciones que se están cambiando «tienen más de 30 años de antigüedad por lo que están muy deterioradas». «Este hecho provoca que cuando las máquinas excavan, rompen las viejas tuberías con facilidad con lo que se tiene que cortar el suministro de agua de forma inmediata hasta que se arregla la avería. Esto ha sucedido varias veces», reconoce Ripoll.
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