Había expectación y numerosos vecinos quisieron asistir al evento, que comenzó con la intervención del alcalde Miquel Ensenyat, que se refirió a ella como una «mujer polifacética; con coraje, que ha sabido romper moldes y abrir horizontes», dijo.
Bosé reconoció que no dominaba el mallorquín, pero aún así tuvo la deferencia de pronunciar unas palabras en este idioma. «Estoy aquí como una más en esta tierra maravillosa que me ha acogido con tanto cariño», dijo.
Despúes indicó que como les ocurrió a otros tantos visitantes venidos de otras partes del mundo, «Mallorca también se ha apoderado de mi corazón». Ahora, señaló, «considero Esporles mi casa». Afirmó que en esta tierra revive «sensaciones y recuerdos que me trasladan a mi infancia y juventud en Italia cuando la vida era plácida y giraba alrededor de la casa, de la mesa, de la gente y de la calle». «En Esporles disfruto tanto del contacto con la Naturaleza como de la charla cotidiana».
También citó a George Sand que describió el paisaje de Mallorca como «el verde de Suiza, el cielo de Calabria y la solemnidad del silencio de Oriente. Con esta descripción parece que hubiera pensado en Esporles», manifestó.
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