El Consell tiene la encomienda de gestión de la recogida selectiva de 51 ayuntamientos de la Isla.

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LAURA MOYÀ

Desde el año 2002, el Consell de Mallorca se encarga de gestionar la recogida selectiva de residuos. Tras cinco años, la institución insular ha decidido implicar más a los ayuntamientos para que sean parte interesada en esta materia. Para ello, pondrá en marcha un consorcio para crear un sistema integrado de recogida de residuos sólidos urbanos que implicará a todos los municipios. El objetivo es mejorar el servicio.

La iniciativa surgió de la primera Asamblea de Alcaldes, donde se trató el tema. La intención es trasladar la toma de decisiones, la resolución de los problemas y las necesidades a los ayuntamientos creando una figura jurídica y administrativa que funciona en otras regiones del estado como, por ejemplo, en Menorca y Catalunya. El proyecto se dará a conocer en la primera comisión sectorial de residuos, surgida de la asamblea, que se celebrará el 29 de noviembre. Se prevé que a lo largo de 2008 entre en funcionamiento.

El organismo dependerá del Consell de Mallorca y estará integrado, además de por la institución insular, por 51 ayuntamientos (sólo Palma y Calvià gestionan su recogida selectiva, aunque también está previsto que entren en el organismo). Las empresas que se ocupan de la recogida también estarán en el consorcio. Una vez que se impliquen los municipios, el Consell aportará los recursos económicos que administra en la actualidad con la intención de dar más margen de maniobra e inmediatez.

Un gerente y un equipo técnico se encargarán del día a día, mientras que la presidencia del organismo recaerá en la consellera insular de Medi Ambient, Catalina Julve. Para Julve, el principal objetivo del organismo es «mejorar la eficacia» de la recogida selectiva. «El Consell de Mallorca seguirá encargándose del tratamiento de residuos, pero la gestión se trasladará al consorcio», dijo Julve. Se trata de «un cambio de modelo» que, para que entre en funcionamiento, tendrá que crearse «un marco jurídico y los estatutos» de la institución. Una vez redactados, el organismo empezará a trabajar. «El objetivo final es que los ayuntamientos intercambien información y hagan proyectos y propuestas a la carta, teniendo en cuenta sus características y las necesidades de los municipios que representan», explicó la consellera de Medi Ambient.

La Ley de Envases de 1998, que se incorporó con el Pla Insular de Residus del año 2000, obliga a separar los envases según si son de papel, cristal o envases ligeros. Para , se pusieron en marcha dos sistemas, el ecovidrio y el ecoembes, y se acordó encomendar la gestión al Consell por diez años con un presupuesto de 30 millones de euros.