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LAURA MOYÀ Una «revolución» en materia urbanística. Así definió Maria Lluïsa Dubón, consellera insular de Territori, la política que el Consell de Mallorca llevará a cabo durante esta legislatura y que se plasmará en dos grandes cuestiones: un mayor control de la disciplina urbanística y un nuevo enfoque en las concesiones del interés general en suelo rústico, que disminuirán de forma considerable. Éstas han sido las principales conclusiones de las visitas que la consellera ha realizado a los 53 municipios de la Isla durante dos meses para conocer la situación de cada municipio y, también, para saber en qué punto se encuentra su adaptación al Pla Territorial de Mallorca (PTM).

La «no comunicación» entre el Consell y los ayuntamientos ha generado, para Dubón, «un mal urbanismo» que hay que subsanar. «No se puede tolerar que municipios como Manacor o Felanitx no hayan aprobado su planificación urbanística o que Lloret y Selva no tengan ningún instrumento de estas características», dijo Dubón. De ahí que el Consell esté dispuesto a «colaborar de forma permanente» con los consistorios de la Isla para que «las problemáticas se vayan solucionando».

Por lo que concierne a la concesión del interés general en suelo rústico, que en su fase final depende del Consell, quien permite o no construir en estas áreas, la institución «reducirá al máximo» esta figura. «Los proyectos que estén en tramitación continuarán adelante. Los nuevos, sólo se aprobarán cuando se demuestre su excepcionalidad».